Seguro que estás harto de leer que es importante (¡importantísimo!) seguir consejos a la hora de elegir tus contraseñas. También te recordamos que las cambies a menudo, que no utilices la misma en varios servicios y que tengan poca o ninguna relación con tu persona para que sea más difícil adivinarlas (no pongas el nombre de tu perro, ya lo sabes).
Algunos atacantes no solo son muy listos, sino que dedican muchas, muchas horas a pensar en cómo averiguar tu contraseña. Conocen todos estos métodos, y su efectividad depende de lo bien que los combines entre sí y de las palabras o números que utilices como punto de partida. Échale una pizca de imaginación. Cualquier variante sobre lo convencional, sobre aquello que hace todo el mundo, puede marcar la diferencia.
Todo esto es cierto y no nos vamos a cansar de repetirlo, especialmente cuando tenemos a mano gestores de contraseñas que pueden hacerlo por nosotros. Aún así, sigue siendo habitual que queramos establecer nosotros mismos las passwords para. Por eso, queremos compartir algunos trucos muy sencillos para generar contraseñas seguras y que no sean imposibles de memorizar.
1. A partir de una frase
Piensa en una frase que tenga algún significado para ti y, a ser posible, para nadie más. Que no sea ni muy corta, para que sea difícil de adivinar, ni muy larga, para que la puedas recordar fácilmente. Si tienen mayúsculas y números, mejor. Si hay algún símbolo, magnífico. “En el bar de Juan ponen tapas grandes a 3 euros”, por ejemplo. Ahora coge las primera letra de cada palabra y te sale “ElbdJptga3€”, que es una buena contraseña. ¿A ti no se te ocurre nada? Tranquilo, el título de tu canción favorita puede ser un punto de partida.
2. Convierte las vocales en números
Es un truco bastante popular que los ciberdelincuentes ya conocen y sortean, pero que puede funcionar muy bien para complementar alguno de los otros sistemas. Retomando el ejemplo del punto anterior, nuestra clave provisional “BMiegcohteerso” se convierte en otra un poco más segura: “BM13gc0ht33rs0”. Añadiendo uno o varios símbolos podría utilizarse.
3. Sin vocales
En lugar de reemplazarlas por números como en el ejemplo anterior, podríamos eliminar las vocales por completo. Si además partimos de un término inventado, como nuestro “BMiegcohteerso”, la contraseña resultante será más robusta: “BMgchtrs”. Cualquier parecido con una palabra real es pura coincidencia, pero recuerda añadir números, mayúsculas y símbolos antes de emplearla.
4. Una palabra y un número mezclados (pero no agitados)
Es fácil, pero elige palabras y números que tengan los mismos caracteres para hacerlo todavía más sencillo. Nosotros vamos a usar “Bigote” y 28921. El truco está en ir colocando las letras una a una, intercalando las cifras del número pero a la inversa. Así: “B1i2g9o8t2e”. Ya sabes lo que falta, ¿no? Un símbolo y asunto zanjado.
5. El juego de los dados
Este sistema es un poco más elaborado, pero si una niña de 11 años puede hacerlo (y hasta convertirlo en un negocio), tú no vas a ser menos. El método que utiliza esta pequeña, conocido como Diceware, sirve para generar contraseñas completamente aleatorias – y, por tanto, muy robustas – a partir del lanzamiento de un dado y una lista de palabras. Dicha lista y la explicación paso a paso del procedimiento las puedes encontrar aquí.
6. Hagamos sudokus
Te toca dibujar. Coge papel y boli y pinta una cuadrícula de 6×6, con números escritos al azar en cada una de las casillas. Ahora piensa en un patrón como el que usas para desbloquear tu móvil, un gesto con el dedo sobre esa especie de sudoku que acabas de plasmar (por cierto, te valdría uno de verdad si ya lo has resuelto). Los números por los que pasa tu trazado serán tu contraseña o, mejor dicho, su punto de partida. Ahora aplica alguno de los otros sistemas para introducir letras – minúsculas y mayúsculas – y símbolos.
Probablemente este sistema el mejor de toda la lista. ¿Por qué? Porque si cambias las cifras que has puesto en las casillas (o coges otro sudoku terminado), el mismo trazado te dará a una nueva clave. Con solo recordar el patrón, las modificaciones y guardar las poco sospechosas hojas, tendrás contraseñas infinitas.
7. El consejo definitivo: Gestores de Contraseñas
¿Se te siguen atragantando las nuevas contraseñas? ¿Son demasiado difíciles de recordar? Anotarlas en un papel es arriesgado y ponerlas en un documento digital, un regalo para cualquier hacker que acceda a tu ordenador. Pero existe una solución que elimina estos problemas de un plumazo: los gestores de contraseñas.
Son perfectamente seguros y su funcionamiento, más fácil que colorear con números: recuerdan todas tus contraseñas y te proponen nuevas. ¿Y cómo sabes que nadie va a entrar en esta app y a ver las que tienes guardadas? Bien fácil: porque se accede con la única contraseña que necesitarás recordar. Una clave maestra. Te garantizamos que nadie podrá acceder.
Además, las nuevas passwords que genera son imposibles de descodificar porque no están sujetas a ningún patrón personal. Los atacantes no solo son muy listos, sino que conocen todos estos métodos y dedican muchas, muchas horas a pensar en cómo averiguar tu contraseña. Pero ahora tienes la posibilidad de evitarles por completo.