¿Quién no ha recibido alguna vez una de esas odiosas “cadenas”? Esos mensajes en su mayoría amenazadores que pretenden hacerte sentir culpable de algo o amedrentarte con sufrir las llamas del infierno si no lo difundes a equis personas o lo compartes en tu muro o lo retuiteas…
Tan antiguas como la humanidad, las formas de propagación han ido cambiando acorde con los tiempos. Hace muchos años, en otro siglo, había que escribir cartas a mano, además de ensobrarlas, pegarles un sello y enviarlas… ¿os imagináis eso ahora? Con la llegada de internet y las nuevas tecnologías, el impacto y la velocidad de propagación de las cadenas se vio aumentado a la enésima potencia: las modalidades se amplían y es entonces cuando entran en juego la versión “reenvía a 5 personas por email o sms” y algo más tarde aparecen en las redes sociales: “compártelo en tu muro si no quieres”…
Y la pregunta que yo me hago es, si no quieres ¿qué?
- ¿tener mala suerte en el amor?
- ¿perder el trabajo?
- ¿poner en riesgo la salud de tu familia?
- ¿que ninguno de tus amigos sufra una estafa por abrir un enlace?
- ¿o que te cobren por usar Whatsapp?
Estos anuncios se aprovechan de los buenos sentimientos de las personas, de su codicia, sus supersticiones y sobre todo, de la ignorancia del receptor. Son cebo fácil para personas incultas, temerosas y crédulas.
Las cadenas modernas se dividen en 5 tipos muy bien identificados:
- Los que supuestamente te van a ayudar a obtener ganancias económicas.
- Los que te van a dar suerte, o quitártela, dependiendo de si propagas la cadena o no.
- Los que son altruistas y no buscan beneficio personal alguno si no ayudar a otros.
- Los que te dan algo a cambio de otra cosa.
- Los chistes.
¿Cómo detectarlos?
Reconocerlos no es difícil.
- Antes de reenviar algo, lo mejor es indagar un poco en internet. Si es un bulo aparecerá en seguida en la primera página de Google. Si parece verdadero, pensemos en una campaña solidaria, por ejemplo, lo mejor es ver si nos remiten a una página web donde se amplíe la información, que contenga fechas de finalización de dicha campaña, o que esté respaldada por alguna institución que promueva distintas acciones sociales.
- Si nos amenazan o advierten con algo relacionado con reenviar el mensaje o no hacerlo, es falsa.
- Si viene sin firmar, desconfía.
Si aún así tienes dudas, no lo reenvíes. La página de Facebook de la Policía Nacional tiene muy buena información al respecto.
¿Qué buscan?
Algunos, congestionar los servidores; otros, esparcir virus reales; otros buscan listados de direcciones de correo electrónico, y algunos, incluso, piden borrar archivos que son básicos para el sistema, aludiendo que se trata de virus que han llegado al disco duro.
Si las cadenas fueran ciertas algunas de mis amigas deberían ser millonarias y yo debería haber muerto ya al menos treinta veces… 😀
Y vosotros, ¿habéis sufrido alguna de estas cadenas odiosas?