Las cadenas de mensajes fueron un fenómeno viral muy popular hace algunos años, especialmente en la era de los SMS y los primeros smartphones. Estos mensajes, a menudo con un tono alarmista o supersticioso, se propagaban a través de las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, incitando a los usuarios a reenviarlos a un número determinado de contactos para obtener algún tipo de beneficio o evitar una supuesta desgracia.

A pesar de que estas cadenas han disminuido en popularidad con el tiempo, siguen existiendo, aunque en menor medida y con un enfoque diferente.

¿En qué consistían estas cadenas de mensajes?

Las cadenas de mensajes solían presentar un formato similar: un texto extenso con un mensaje urgente o alarmante, acompañado de instrucciones para reenviarlo a un número específico de contactos. Algunos ejemplos comunes incluían:

  • Cadenas de suerte: Prometían buena suerte, fortuna o incluso el amor verdadero a aquellos que las reenviaran un número determinado de veces.
  • Cadenas de alerta: Advertían sobre supuestos peligros, como desastres naturales, virus informáticos o estafas, instando a los usuarios a compartir el mensaje para evitarlos.
  • Cadenas de petición: Solicitaban ayuda para encontrar personas desaparecidas, recaudar fondos para causas benéficas o difundir mensajes de concienciación.

¿Por qué eran tan populares estos mensajes?

Las cadenas de mensajes se propagaban rápidamente por varias razones. En primer lugar, el factor sorpresa. El tono alarmista o urgente de los mensajes despertaba la curiosidad y el miedo de los usuarios, motivándolos a reenviarlos para evitar la mala suerte o ayudar a una buena causa.

Otra razón que les brindó popularidad fue el sentido de pertenencia. Compartir las cadenas creaba una sensación de comunidad y pertenencia, ya que los usuarios se sentían parte de un grupo con un objetivo común.

Por último y quizás la más importante, la presión social. La instrucción de reenviar el mensaje a un número específico de contactos generaba presión social, ya que los usuarios no querían quedar mal o ser considerados egoístas.

¿Qué peligros tenían las cadenas de mensajes?

A pesar de su popularidad, las cadenas de mensajes no estaban exentas de peligros: la desinformación, la misma saturación de las redes y el riesgo de estafas.

La desinformación

Uno de los principales riesgos de las cadenas de mensajes era la desinformación. La mayoría de estos mensajes no tenían base real y, en muchos casos, se inventaban o tergiversaban hechos para generar alarma o captar la atención.

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Saturación de las redes

La propagación masiva de cadenas de mensajes suponía una carga considerable para las redes de telefonía y las aplicaciones de mensajería. El envío masivo de estos mensajes congestionaba las redes, dificultando el uso normal de estas plataformas.

Riesgo de estafas

Las cadenas de mensajes también eran utilizadas por personas malintencionadas para propagar malware, phishing o estafas. Estos mensajes podían incluir enlaces infectados, solicitudes de datos personales o falsas ofertas de premios o sorteos.

Al aprovechar el miedo, la ingenuidad o la presión social que generaban las cadenas, los estafadores podían obtener información confidencial de los usuarios, acceder a sus dispositivos o incluso robarles dinero.

Manipulación social: jugando con las emociones

Las cadenas de mensajes podían ser utilizadas para manipular las emociones y la conducta de las personas. Los mensajes que jugaban con el miedo a la mala suerte, la culpa por no reenviar el mensaje o el deseo de ayudar a others podían llevar a los usuarios a realizar acciones que no harían de otra manera, cómo: compartir información personal o sensible, instalar software malicioso en los dispositivos, realizar compras o donaciones a organizaciones falsas o difundir información falsa o engañosa.

¿Qué pasó con las cadenas de mensajes?

Con el tiempo, la popularidad de las cadenas de mensajes fue decayendo debido a varios factores:

  • Mayor conciencia: Los usuarios se volvieron más conscientes de los peligros de estas cadenas y comenzaron a ser más críticos con la información que recibían.
  • Medidas por parte de las plataformas: Las empresas de tecnología implementaron medidas para combatir la propagación de cadenas de mensajes, como limitar el número de reenvíos o marcar los mensajes sospechosos.
  • Aparición de nuevas formas de comunicación: La popularidad de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea dio paso a nuevas formas de comunicación más dinámicas y menos propensas a la propagación de cadenas.

La actualidad de estos mensajes

En la actualidad, las cadenas de mensajes son menos frecuentes, pero aún existen en algunos rincones de internet y las aplicaciones de mensajería. Es importante ser crítico con la información que se recibe y evitar reenviar mensajes sin verificar su veracidad. A continuación hablaremos de lo que a día de hoy es el equivalente a estas cadenas de mensajes de antes.

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Desafíos virales y retos

Estos son desafíos que se difunden rápidamente por redes sociales y suelen involucrar algún tipo de acción específica. Algunos son inofensivos y divertidos, mientras que otros pueden ser peligrosos o incluso ilegales.

Mensajes de clickbait y fake news

Las cadenas de mensajes han sido reemplazadas en gran medida por noticias falsas y titulares sensacionalistas diseñados para generar clics y compartir rápidamente. Estos a menudo incluyen desinformación o teorías de conspiración.

Estafas de phishing y fraudes

Ahora, en lugar de simples amenazas de mala suerte, los mensajes fraudulentos se enfocan más en engañar a las personas para que revelen información personal o financiera, o para que hagan clic en enlaces que instalan malware.

Campañas de concienciación social

Algunas cadenas de mensajes actuales tienen un propósito positivo, como promover la concienciación sobre una causa social o recaudar fondos para una organización benéfica. Aunque no amenazan con consecuencias negativas, sí apelan a la responsabilidad social para fomentar la participación y el reenvío.

Mensajes de “buena suerte”

Aunque menos comunes, todavía existen mensajes que prometen buena suerte o bendiciones si se reenvían a un cierto número de personas.

Mientras que el formato y el contenido de estos mensajes ha cambiado, la práctica de compartir contenido con la expectativa de que se difunda rápidamente sigue viva, adaptándose a las nuevas plataformas y a las tendencias actuales en las redes sociales y la mensajería instantánea.

Desde Panda Security queremos darte algunos consejos para que, en caso de recibir algún tipo de estos mensajes, sepas identificarlos y no seas víctima de este tipo de ciberataque.

En primer lugar, verifica la información. Antes de reenviar un mensaje, comprueba su veracidad en fuentes confiables.

Recuerda no compartir tus datos personales. Nunca compartas información personal o sensible en este tipo de cadenas.

Por último, denuncia las cadenas sospechosas. Si recibes una cadena que te parece sospechosa, puedes denunciar a la plataforma en la que la has recibido.

En definitiva, las cadenas de mensajes forman parte de la historia de las comunicaciones digitales. Si bien fueron un fenómeno popular en su momento, es importante ser consciente de los peligros que conllevan y evitar propagar información falsa o engañosa.