El sábado 15 de mayo es la fecha límite que WhatsApp fijó para que sus usuarios aceptaran las condiciones de su nueva política de privacidad. La fecha ya está aquí y, al igual que tú, desde Panda Security nos preguntamos: “¿Qué pasa si no acepto las condiciones de privacidad de WhatsApp?”. La empresa de Mark Zuckerberg ya ha avisado que quienes no acepten la actualización tendrán un uso limitado de la aplicación de mensajería.
Desde luego, la solución no es pasarse a otras plataformas como Line o Telegram si quieres seguir en contacto con la mayoría de tus contactos que -da por sentado- aceptarán la condicione sin haberlas leído. La buena noticia es que aunque las aceptes podrás seguir usando WhatssApp de una forma completamente segura haciendo algunos ajustes en la app.
¿Es WhatsApp una plataforma segura?
Volvemos a insistir: WhatsApp es una plataforma segura y, tal y como asegura la propia empresa, en los países de la Unión Europea estos cambios no supondrán ninguna violación de la privacidad debido a la Ley de Protección de Datos (RGPD). Sin embargo, desde el mes de octubre de 2020 se implementaron una serie de cambios que permiten un mayor intercambio de datos con Facebook, su empresa matriz desde su adquisición en 2014, y con las otras aplicaciones del grupo de Mark Zuckerberg.
Hay que ver estas novedades con cierta perspectiva para entender qué está ocurriendo. Los datos más importantes y sensibles que manejamos en WhatsApp son nuestros mensajes y todas las comunicaciones que se producen en la app seguirán siendo privadas entre todos los usuarios. Esto es posible gracias al cifrado de extremo a extremo. Es decir, nadie más que el emisor y el receptor de un mensaje podrá leerlos. Tanto es así, que ni la propia WhatsApp tiene forma de acceder al contenido que enviamos a ninguno de nuestros contactos.
Sin embargo, los metadatos son el quid de la cuestión: WhatsApp recopila bastante información que cruza con otras de las plataformas de Facebook. Aunque es cierto que cuenta con más información sobre sus usuarios que iMessage, Signal y Telegram, sus algoritmos pueden cruzar el Big Data para saber con quién conversas, cuándo lo haces e incluso las temáticas que más te interesan. Aun así, toda esta información que ‘estudia’ su inteligencia artificial es mucho menos voluminosa que la que analizan otras plataformas como Facebook, Google, Messenger, Snapchat o TikTok, entre otras. Dicho de otro modo, a menos que no uses ninguno de estos servicios, WhatsApp debería ser la menor de tus preocupaciones.
El malware es un riesgo real en aumento
Pese a todo y como en cualquier plataforma digital, existen amenazas y riesgos reales relacionados con WhatsApp. Por ello, es recomendable cambiar algunos puntos de la configuración de la aplicación para seguir usándola de la forma más segura posible.
Lo primero que se debe hacer es evitar los contenidos maliciosos. Desde Panda Security venimos detectando desde hace años un aumento continuo de malware que se comparte por medio de enlaces y archivos adjuntos. Al abrirlos, se pueden ejecutar en nuestro teléfono.
“Por ello, lo más sensato es contar con capas de seguridad extra que velen por la seguridad de toda nuestra identidad digital, no de los dispositivos de forma individual. Debemos tener en cuenta que cada día tenemos más dispositivos conectados a las mismas plataformas y, con que un ciberdelincuente entre en uno de ellos, puede acceder a toda la información sensible que tenemos en el mundo digital, advierte Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager de Panda Security.
El robo de WhatsApp por medio de un SMS
Lo segundo es poner todas las trabas posibles para evitar que los ciberdelincuentes no nos roben nuestra cuenta. Aunque es cierto que si un delincuente virtual se apodera de tu cuenta no puede acceder a ninguno de los mensajes que habías recibido antes del ataque, está claro que recibirá todos los mensajes que te envíen durante el tiempo que tengan el control de tu cuenta. Además, podrán ver toda la información y los contactos de las personas que te escriban durante ese tiempo, ya sea por mensajes privados o de grupo.
“Uno de los ciberataques que más ha aumentado en 2020 ha sido el del robo de credenciales para acceder a WhatsApp”, recuerda Hervé Lambert. Sin embargo, los hackers no suelen usar malware para esto. Se sirven de la ingeniería social y de mensajes estándar para engañar a sus víctimas. En concreto, las engañan para que les envíen el SMS de activación de WhatsApp cuando se da de alta la app en un teléfono nuevo.
El engaño es bastante sencillo y es muy fácil caer en él: el ciberdelincuente, que previamente ha robado la cuenta de una persona que te tiene en su lista de contactos, te envía un mensaje similar a este: “Perdona, pero por error puse tu número como teléfono de recuperación de WhatsApp y te han enviado un SMS con un código. Por favor, ¿puedes reenviármelo? Es que si no, no puedo instalarlo en el móvil nuevo. Gracias”
Cuando la víctima le envía ese mensaje, lo que realmente está haciendo es darle la clave de acceso a su cuenta de WhatsApp. A partir de ese momento, el ciberdelincuente se hace con el acceso de la cuenta durante el tiempo que tarde la víctima en darse cuenta del engaño y consiga recuperarla.
Afortunadamente, este riesgo es bastante fácil de evitar si se configura WhatsApp correctamente. Desde hace algunos meses, es posible agregar un número PIN secreto en la aplicación que hay que introducir antes de empezar la app. Sin este código, el atacante no podrá secuestrar la cuenta, incluso si se apodera de ese código SMS.
Las copias de seguridad y los dispositivos asociados
Pero el mayor riesgo de todos los que acechan actualmente a WhatsApp son las copias de seguridad. Como decíamos al principio, todos los mensajes que se envían están cifrados de extremo a extremo. Sin embargo, cuando se sube un respaldo o backup del historial de mensajes en la nube de Google o de Apple, esas copias de seguridad dejan de estar cifradas.
Aunque todavía no hay datos que indiquen que haya habido ninguna filtración de datos en estas nubes, lo cierto es que Apple y Google pueden acceder a toda esa información, invalidando, por tanto, el propósito del cifrado de extremo a extremo. Por tanto, si alguien consigue acceder a tu nube o al ordenador que utilizas para acceder a ella, tendrá acceso a todo lo que has compartido en WhatsApp.
A veces olvidamos que toda la información que compartimos en dispositivos y plataformas digitales puede convertirse en un rastro de migas que los ciberdelincuentes pueden seguir para llegar a sus fines. A veces, sólo utilizan a sus víctimas como meros ‘vehículos’ para llegar a otras personas. Así, aunque pensemos que no somos nadie importante como para que me roben mi información, siempre conocemos a otras personas que si manejan datos sensibles en su trabajo o en su vida privada. Si por medio de una vulneración de nuestra seguridad, consiguen llegar a otras personas, estaremos siendo cómplices indirectos de los malhechores, si no aplicamos las medidas de seguridad mínima en nuestra vida digital”, apostilla Hervé Lambert.