El cifrado consiste en la aplicación de algoritmos de cifrado a los archivos o datos confidenciales almacenados en tus dispositivos, de manera que nadie más pueda leerlos a menos que tenga la clave apropiada. ¿Una drástica medida? No si se trata de proteger el activo más importante en la economía digital: los datos.
Las cifras hablan por sí solas: el 16% de las fugas de datos se producen debido a robo o pérdida de activos, incluyendo robos de portátiles (Forrester Data Global Business Technographics Security Survey, 2017). Y es que según Gartner, cada 53 segundos se produce el robo de un portátil propiciado, en parte, por el fuerte crecimiento de información de identificación personal recogida en los endpoints y el creciente interés por acceder a estos datos. Como consecuencia, se eleva el riesgo de sufrir una brecha de seguridad por robo, pérdida o acceso no autorizado a ellos.
Brechas tan llamativas como fue la de la entidad Equifax, que a día de hoy sigue padeciendo las consecuencias, o la protagonizada por British Airways y sus más de 380.000 usuarios que vieron comprometidos sus datos en operaciones realizadas a través de su página web. Ahora, la Oficina del Comisionado de Información (ICO) de Reino Unido ha multado a la aerolínea 183 millones de libras (204.110.000€) en relación con esta brecha, la sanción más elevada hasta la fecha impuesta desde que el GDPR entró en vigor.
Debido a la proliferación de ataques dirigidos a grandes organizaciones y la situación de desprotección de los datos de los usuarios, surgen nuevos reglamentos como el GDPR en la Unión Europea o la CCPA en USA, entre otras, que elevan el nivel de exigencia entorno a la información de identificación personal (PII). Estas regulaciones de protección de datos reconocen el cifrado como una medida técnica y organizacional adecuada (GDPR, artículo 32).
Las empresas deben tener en cuenta que estas regulaciones suponen prestar especial atención a la gestión de datos dentro de la compañía, requiriendo un tratamiento muy concienzudo de la información del cliente. Algo que los ciberdelincuentes quieren explotar: al darse cuenta del valor de la PII, pueden tomarla de rehén para luego amenazar con reportar la brecha de seguridad a las autoridades responsables del cumplimiento del GDPR.
¿Cómo evitar llegar a este punto? Una solución de ciberseguridad con cifrado te ayuda a proteger tus datos y la privacidad de tus archivos, garantizando que los usuarios malintencionados puedan acceder a ellos.
Datos protegidos de manera simple y efectiva
Panda Security dispone de una solución de seguridad con funciones de cifrado que evitarán que los usuarios no autorizados accedan a los datos protegidos. Panda Full Encryption es un módulo adicional a las soluciones de protección endpoint y seguridad avanzada de Panda Adaptive Defense, que gestiona de forma centralizada el cifrado completo de discos.
Panda Full Encryption utiliza Windows BitLocker, una tecnología estable y avalada por Microsoft, para cifrar y descifrar los discos sin impactar a los usuarios, con el valor añadido de permitir a la organización la gestión centralizada y el control de las claves de recuperación almacenadas en la plataforma cloud de gestión de Panda Security: Aether. Algunas de las ventajas más destacadas de este módulo son su facilidad en el uso y mantenimiento, el hecho de minimizar el uso de recursos, garantizar la disponibilidad del servicio y la supervisión constante del sistema.
Porque solo contando con una solución que presente estas funcionalidades, es posible evitar el compromiso de tus datos personales teniendo en cuenta que el 10% de los portátiles que sufren robo o pérdida durante su ciclo de vida.
En un entorno corporativo o de gran red informática, el control de acceso a los datos es un requisito fundamental. Con Panda Full Encryption podrás gestionar de forma centralizada el cifrado completo de discos y establecer políticas para su gestión, asegurando así la implementación de buenas prácticas que garanticen que solamente las personas autorizadas tienen acceso a los datos.