A finales del año pasado, el Gobierno estadounidense ponía fin al programa de espionaje telefónico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Los ciudadanos tienen un motivo menos para preocuparse por la privacidad de sus llamadas, sin embargo, las sospechas de que alguien escucha sus conversaciones telefónicas no solo se deben a la existencia de organizaciones como esta.
Nos han advertido de que ciertos tipos de malware espía permiten activar el micrófono de manera remota para escuchar el sonido ambiente y detectar la ubicación del móvil, mientras que investigadores de diferentes universidades han desarrollado programas para grabar las conversaciones de la misma subrepticia manera.
Por otro lado, algunos internautas aseguran que Google y Facebook les han mostrado búsquedas o anuncios relacionados con información que solo han comunicado en una llamada telefónica. Creen que estas empresas escuchan sus conversaciones y usan lo que dicen para personalizar, por ejemplo, la publicidad que les dirigen en Internet.
La primera pregunta que puede surgirnos es la siguiente: ¿puede una aplicación cualquiera activar el micrófono sin que nos demos cuenta?
Expertos en seguridad han comprobado que es posible y no entraña demasiada complejidad. Para desarrollar una herramienta espía sencilla en Android basta con aprovechar sus funcionalidades para dar a la herramienta los permisos necesarios que necesita para poner en marcha el micrófono y programar un servidor que recoja la información.
No han confirmado si actualmente hay ‘apps’ que usen alguno de estos sistemas o no, pero lo más aconsejable es verificar siempre el origen de las aplicaciones que nos descargamos, por si acaso.
La segunda pregunta involucra a las grandes firmas: ¿pueden servirse de los datos que obtienen del sonido ambiente o de las conversaciones de los usuarios?
Google asegura que no usa las escuchas que recoge cuando una persona dice “OK Google” (y activa el reconocimiento de voz) para dirigirles anuncios personalizados. También niega compartir la información obtenida de esta manera con otras empresas para que ellas lo hagan.
Además, los de Mountain View indican en sus condiciones para desarrolladores que las apps no pueden recopilar datos de los usuarios sin su permiso, algo que ocurriría si sus conversaciones fueran monitorizadas.
Facebook también sostiene que no permite a empresas ni anunciantes diseñar publicidad a partir de datos obtenidos desde el micrófono de los usuarios, y que los anuncios que muestra solo se basan en el comportamiento de los miembros de la red social.
Un matemático del Imperial College London, autor del libro ‘El principio de la improbabilidad’, ha asegurado a la BBC que las personas están diseñadas evolutivamente para buscar una explicación, incluso cuando no existe. De ahí que establezcan relaciones entre los sucesos constantemente. Por eso, las coincidencias encontradas entre los individuos que comparten sus miedos en los foros de Internet podrían ser solo eso, coincidencias. En principio, teorías de la conspiración al margen, no debería haber nada que temer.