Las generaciones más jóvenes, nativas de Internet, suelen ser más vulnerables a los ciberataques porque se han insensibilizado a los riesgos de la web.

A finales de 2024 conocimos a través de la página de INCIBE una extorsión a la que fue sometido un adolescente tras visitar una web de citas. Según se describe en el caso real, este menor, junto a unos amigos, se había inscrito en una página web de mujeres de compañía con la intención de bromear y en el proceso facilitó su número de teléfono en un formulario de contacto. Tras ello, comenzó a recibir mensajes con imágenes de alto contenido violento e incluso amenazas, hasta que alguien le llamó para solicitarle un ingreso a través de Bizum de 1.500 euros

Ciberataques y la insensibilidad de los jóvenes a los riesgos digitales

Lo que vivió este chico no es nuevo. Los ciberataques que utilizan ingeniería social son más comunes de lo que imaginamos y van dirigidos a los más jóvenes que, a pesar de haberse criado en la era digital, se han convertido en la generación más vulnerable a este tipo de amenazas porque se han insensibilizado ante los riesgos de Internet. Precisamente, esta excesiva confianza en el medio online es lo que les pasa factura. Frente a otras generaciones que han ido fiándose de la Red a medida que ésta evolucionaba y son más conscientes y recelosos de sus peligros. 

Aun así, y según un estudio de Panda Security, la protección de los dispositivos es un aspecto que en todas las generaciones se ha ido despreciando. Este informe apunta a que el 73% de los españoles cree que sus dispositivos no necesitan medidas de seguridad adicionales, lo que abre una puerta enorme a ciberataques en todas las franjas de edad​. La falta de conciencia sobre los riesgos es un problema transversal, lo que hace que la vulnerabilidad no dependa tanto de la edad. Sino del nivel de conocimientos y hábitos digitales de cada individuo. Estos datos coinciden con los que arroja el estudio elaborado por la National Cybersecurity Alliance de Estados Unidos que, si bien indica que el 81% de las personas que entran en Internet todavía prioriza la seguridad en línea, esta cifra se ha reducido en un 3% y son los Boomers, en un 89% de los casos, quienes le dan mayor importancia, frente a un 68% de la Generación Z.

La vulnerabilidad de los jóvenes

Estar siempre conectado es uno de los principales factores de riesgo. Cuánto más se cree conocer el terreno que uno pisa más vulnerable se vuelve a sus peligros, porque es más confiado. Esto es precisamente lo que les pasa a los más jóvenes, que son los más propensos a caer en cierto tipo de estafas online. 

Tanto los Millennials como los Z han crecido en un entorno digital y comparten información personal, vídeos y fotografías sin preocuparse demasiado por las consecuencias. Esto les convierte en objetivo fácil para ataques de phishing, smishing y de ingeniería social, donde los ciberdelincuentes suplantan identidades para robar datos o engañar a sus víctimas. Además, son muy dependientes de sus dispositivos móviles. Tienden a instalar aplicaciones sin revisar permisos ni plantearse la seguridad, lo que facilita la proliferación de malware. 

Otro problema que afecta especialmente a estas generaciones es el exceso de confianza en la autenticidad de la información online. El estudio I Observatorio sobre la ciberseguridad en Internet de Panda Security revela que el 45,92% de los españoles ha sido víctima de noticias falsas, y sorprendentemente, los jóvenes son los que más tienden a creer en la desinformación propagada a través de redes sociales​. Esto demuestra que, aunque estén más familiarizados con la tecnología, no necesariamente tienen las habilidades críticas para detectar amenazas digitales.

Tipos de ciberataques por generación

Y mientras unos pecan de exceso de confianza, otros caen en sofisticadas trampas diseñadas para confundirlos y jugar con su miedo. 

Los ciberdelincuentes han segmentado y mejorado sus estrategias hasta el punto de personalizar sus ataques en función de la edad, los hábitos digitales de la víctima, el sector económico en el que trabaja, etcétera. Con la Inteligencia Artificial generativa esta fragmentación es fácil y las amenazas pueden resultar más efectivas. Así, para los mayores los ataques suelen presentarse a través de correos electrónicos fraudulentos de bancos o de instituciones gubernamentales. Mientras que los jóvenes suelen ser atacados a través de las redes sociales y los videojuegos. 

Los Boomers son el blanco favorito del phishing, porque están menos familiarizados con los sistemas de seguridad online y la banca digital. En muchos casos, los ciberdelincuentes los engañan haciéndose pasar por instituciones de confianza. Para obtener sus credenciales y acceder a sus perfiles personales y financieros, y así realizar transferencias fraudulentas. 

Por otro lado, los Millennials y la Generación Z son más susceptibles a ataques en redes sociales, robo de identidad y ciberacoso. Los hackers utilizan técnicas de ingeniería social para robar contraseñas y acceder a perfiles personales. Esto les permite extorsionar a las víctimas o vender sus datos en la dark web​. Además, el auge de plataformas de videojuegos y metaversos ha generado un nuevo tipo de estafa dirigida a los más jóvenes. Como la venta de bienes virtuales falsos o el robo de cuentas en juegos online.

Lecciones de los Boomers

Aunque, como vemos, todos podemos ser susceptibles a caer en una estafa online, los seniors se comportan de forma más prudente cuando navegan por la Red. Además, la constante información sobre estos ataques que aparecen en los medios de comunicación convencionales les está poniendo alerta ante las típicas amenazas de las que suelen ser objetivo. Por eso, si algo podemos aprender de los Boomer es de la prudencia y de su excesivo celo por la privacidad. Esta generación es más reservada, no suele ofrecer información personal ni expone su realidad en la web, lo que les protege mejor de los ciberataques.

“Al final, los ciberdelincuentes se valen de los datos que ‘regalamos’ en las aplicaciones y redes sociales” comenta Hervé Lambert.

 

También son más escépticos con esas ofertas online que parecen demasiado buenas para ser verdad. Así, mientras los más jóvenes pueden ser víctimas de estafas con promesas de dinero fácil en criptomonedas o sorteos falsos en redes, los Boomers suelen ser más prudentes y no se implican tan fácilmente con este tipo de engaños.