A pesar de que los ordenadores son cada vez más rápidos y eficientes, con el tiempo el rendimiento de tu equipo se reducirá debido a muchos factores, que incluyen problemas de compatibilidad, desgaste de los componentes o infecciones de malware. Algunas amenazas informáticas, como la minería de monedas o el Spyware, pueden entrañar un importante descenso en la velocidad del equipo y un aumento de la energía que consume.
Por eso, aunque empieces a notar que tu equipo se vuelve más lento, eso no siempre implica que tengas que reemplazarlo por uno nuevo. Existen algunos consejos y trucos que puedes emplear para ganar velocidad y verificar que todo funciona como debe. Trucos que pueden marcar una gran diferencia cuando trabajas en casa y no cuentas con un acceso directo a un centro de asistencia o no dispones de los recursos de TI de una gran empresa.
Consejos para mejorar el rendimiento
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- Prueba el solucionador de problemas. Encuentra y soluciona problemas automáticamente. El solucionador de problemas de rendimiento comprueba cualquier problema que pueda ralentizar el rendimiento del equipo, por ejemplo, cuántos usuarios están conectados actualmente al equipo y si se están ejecutando varios programas al mismo tiempo.
- Comprueba si hay malware en tu equipo. Si notas que tu equipo funciona con lentitud, es posible que esté infectado con un virus o spyware. Otros síntomas son la aparición de mensajes inesperados, el inicio automático de ciertos programas o el sonido excesivo del equipo, que funciona a su máxima capacidad constantemente. El spyware es un tipo de programa que se instala, generalmente sin tu consentimiento, para vigilar tu actividad. Eso sí, asegúrate de que sólo se está ejecutando un programa antivirus, ya que la ejecución de más de un antivirus puede ralentizar el equipo.
- Elimina el software que no utilizas nunca y limita el número de programas que se ejecutan automáticamente al inicio. Algunos programas, como los escáneres de virus, los limpiadores de discos y las herramientas de copia de seguridad, suelen ejecutarse automáticamente al arrancar y después se desplazan discretamente a un segundo plano, donde el usuario no es consciente de su funcionamiento. Esto puede ser útil para los programas que más se usan, pero para el resto desperdicia una memoria preciosa y ralentiza el tiempo que tarda Windows en arrancar.
- Desfragmenta y limpia el disco duro, ya que la fragmentación hace que el disco duro realice un trabajo extra que puede ralentizar el equipo. En Windows el desfragmentador de disco reorganiza los datos para que el disco duro funcione de forma más eficiente. Se ejecuta de forma programada, pero también se puede abrir manualmente. La limpieza del disco elimina los archivos temporales; vacía la papelera de reciclaje y elimina una serie de archivos de sistema y otros elementos que ya no necesites.
- Ejecuta menos programas simultáneamente. A veces, cambiar el comportamiento de navegación puede tener un gran impacto en el rendimiento del equipo. Si eres el tipo de usuario al que le gusta mantener abiertos ocho programas y una docena de ventanas del navegador a la vez, mientras envías mensajes instantáneos a tus amigos, es posible que estés perdiendo velocidad de conexión.