Los deepfakes, vídeos manipulados digitalmente que muestran a personas realizando acciones que nunca hicieron en realidad, se han convertido en una herramienta de abuso en Corea del Sur

Este fenómeno ha crecido hasta tal punto que muchas mujeres están siendo víctimas de este tipo de violencia digital, donde sus rostros son superpuestos en videos explícitos sin su consentimiento. 

Deepfakes y violencia digital: una nueva amenaza en Corea del Sur

La proliferación de deepfakes sexuales en Corea del Sur ha desatado una ola de indignación. Poniendo en el centro del debate la necesidad de una mayor protección para las mujeres en el ámbito digital. Adolescentes y jóvenes están utilizando inteligencia artificial para crear imágenes falsas y sexualmente explícitas de sus compañeras de clase, distribuyéndolas a través de plataformas como Telegram.

Esta práctica, que se ha extendido rápidamente por numerosos centros educativos, ha generado una profunda sensación de inseguridad entre las mujeres surcoreanas. La facilidad con la que se pueden crear y compartir estos contenidos falsos ha convertido a los deepfakes en una herramienta de acoso y abuso cada vez más común.

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Un problema sistémico

Las autoridades surcoreanas han tardado en reaccionar ante esta problemática, a pesar de las numerosas denuncias presentadas por las víctimas y los colectivos feministas. Sin embargo, la creciente presión social ha obligado al gobierno a tomar medidas para combatir este fenómeno. El presidente Yoon Suk Yeol ha anunciado que se investigarán a fondo los delitos sexuales digitales, reconociendo la gravedad de esta amenaza.

La Comisión de Normas de Comunicaciones de Corea también ha anunciado medidas para contrarrestar la difusión de deepfakes sexuales. Esto que demuestra que el gobierno está tomando conciencia de la urgencia de abordar este problema.

Las medidas del gobierno

Ante la gravedad de la situación, el gobierno surcoreano ha anunciado una serie de medidas para combatir la proliferación de deepfakes sexuales. Entre ellas se encuentra la creación de un grupo de trabajo encargado de investigar estos delitos y la implementación de nuevas tecnologías para detectar y eliminar este tipo de contenido. 

Además, se están llevando a cabo campañas de sensibilización para concienciar a la población sobre los riesgos de los deepfakes sexuales y la importancia de denunciar estos hechos.

El rol de las plataformas digitales y la necesidad de una mayor regulación

Telegram ha sido señalada como la principal plataforma utilizada para la difusión de estos contenidos ilícitos. La aplicación de mensajería encriptada ha sido criticada en repetidas ocasiones por su incapacidad para controlar el abuso de sus servicios. 

Un llamado a la acción global

La crisis de los deepfakes sexuales en Corea del Sur no es un problema aislado, sino un desafío global que afecta a muchos países. La facilidad con la que se pueden crear y difundir este tipo de contenido plantea serios interrogantes sobre el futuro de internet y la necesidad de desarrollar nuevas herramientas para proteger a los usuarios.

Es imperativo que los gobiernos, las plataformas digitales, y la sociedad civil trabajen juntos para crear un entorno digital seguro y respetuoso para todos. La protección de la privacidad y la integridad de las personas, especialmente de las mujeres, debe ser una prioridad en la era digital.