En los casi 30 años de historia de Panda Security hemos visto una infinidad de virus informáticos, desde el antiguo “I Love You” que en el año 2000 hizo verdaderos estragos en medio planeta, hasta el exploit Emotet o el famoso Wannacry. Sin embargo, la cancelación del Mobile World Congress como consecuencia del coronavirus que asola China, nos hace concluir que, por primera vez en la historia, un virus biológico ha sido capaz de poner globalmente a la industria tecnológica en jaque.
Aunque ya ha habido otras infecciones biológicas que han encendido la voz de alarma en todo el planeta, como la gripe aviar en 2004 o los brotes de ébola en 2014 en el centro de África, hasta ahora nunca un virus había incidido tanto en el mercado de la tecnología.
En otro orden de cosas, en el ámbito de la mercadotecnia se habla de un ‘viral’ cuando una campaña de publicidad o un meme se extienden a una velocidad vertiginosa en Internet y se convierte en algo de dominio público en pocas horas. Sin embargo, la realidad ha superado completamente al mito con el virus del coronavirus, y en esta ocasión, lo que se ha expandido más rápido que la propia infección ha sido el pánico generado en torno al virus.
La gestión de la información y de la desinformación es una de las armas más potentes de nuestra era. Hay quien, incluso, podría pensar que lo realmente peligroso de este virus, una vez asumidas las cientos de vidas humanas que se ha cobrado y las decenas de miles de personas que han enfermado, es el impacto global del coronavirus en la geopolítica internacional.
En este sentido, la información sobre el coronavirus se está desbocando. tanto que que se están generando miles de fake news que infectan las redes sociales a un ritmo mucho mayor que la enfermedad que genera esta infección. Por ello, algunas de las principales empresas de Internet como Facebook, Twitter o Google están inmersas en encontrar la forma de evitar que la sociedad se vea infectada por las falsas noticias .
Un estudio publicado hace poco más de un año por la revista Science ponía de manifiesto que las fake news se propagan más rápido, de forma más profunda y más ampliamente que la verdad en todas las categorías de información. Tanto es así que, mientras que las fake news se viralizan difundiéndose entre mil y cien mil personas, la noticias verdaderas no suelen enviarse a más de mil personas a través de Internet.
El mismo estudio de Science concluye que, si las noticias falsas se aprovechan de emociones como el miedo, el asco o la sorpresa, tienen más probabilidades de ser compartidas. En este sentido, el coronavirus es el caldo de cultivo perfecto para que el miedo se apodere del planeta.
“Los cibercriminales son expertos en aprovechar tendencias globales para hacer su particular agosto. Por ello, hay que analizar con cuidado extremo todas las noticias e informaciones sobre el coronavirus que nos lleguen en las próximas semanas, especialmente en redes de mensajería instantánea como WhatsApp, en el correo electrónico y las redes sociales”, advierte Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager de Panda Security.
¿Puede un virus biológico infectar a dispositivos tecnológicos?
Por otro lado, el impacto del coronavirus en el sector tecnológico nos hace preguntarnos si cabe esperar que la tecnología pueda realmente infectarse por virus como los que hay en la naturaleza.
Aunque todavía pueda parecer que hablamos de ciencia ficción, la biotecnología es perfectamente hackeable. Todo aquel dispositivo que tenga un software instalado puede ser atacado si se es capaz de acceder a su código fuente y manipularlo.
De hecho, ya en 2017 científicos de la Universidad de Washington en Seattle (EE.UU) generaron el primer exploit basado en ADN de un sistema informático. Es decir, los investigadores consiguieron hackear con éxito un programa de software con un fragmento de ADN. En concreto, los hackers éticos diseñaron un malware que incorporaron a una molécula genética. De esta manera pudieron tomar el control de la computadora usada para analizarla.
“Todavía queda mucho tiempo para que se genere nanotecnología capaz de generar en un ser vivo los mismos síntomas que un virus o una bacteria. Pero la imaginación humana es ilimitada y no parece descabellado que, en un futuro relativamente cercano, las personas tengamos que ‘instalarnos’ medidas biotecnológicas que defiendan nuestros cuerpos de amenazas tecnológicas”, sentencia Hervé Lambert.