La capacidad de los smartphones para compartir de forma instantánea y permanente nuestro paradero ha cambiado muchos aspectos acerca de cómo se desarrollan las relaciones personales. Hoy en día los teléfonos inteligentes son capaces de rastrear todos nuestros movimientos, incluida nuestra ubicación en tiempo real, lo que hace que sea más fácil que nunca que terceras personas sepan dónde estamos o qué estamos haciendo.
A veces esas terceras personas son las parejas, lo que está llevando también a replantearse los límites sobre la comunicación y la intimidad en el seno de la relación. La geolocalización se ha convertido en una característica omnipresente, desde el conjunto estándar de aplicaciones de Google hasta Facebook e Instagram, los geodatos suelen estar activados por defecto en la mayoría de los dispositivos.
Por ejemplo, Google Maps, que puedes utilizar en un dispositivo Android y en un iPhone, tiene un seguimiento de la ubicación con el que puedes compartir tus movimientos en directo con cualquier contacto para que vea por dónde te desplazas. Para ello sólo tienes que activar el uso compartido de la ubicación en tiempo real abriendo ‘Uso compartido de la ubicación’ desde la configuración de Maps. Apple tiene una funcionalidad similar integrada en Apple Maps y Mensajes: si eres usuario de iPhone, puedes compartir tu ubicación a través de un mensaje de texto tocando el icono ‘i’ y seleccionando ‘Enviar mi ubicación actual’.
A través de esta característica puedes incluso mostrar tu avance durante un viaje, algo que puede ser útil si quieres informar a ese contacto del tiempo que vas a tardar en reunirte con él. También se suele utilizar esa función -de manera puntual- cuando viajas solo. Para que tu pareja, familia o un amigo sepan que estás a salvo.
Implicaciones
Más complicado es la situación de parejas que esperan conocer la ubicación constante de la otra persona. Los expertos suelen coincidir en que la decisión de compartir tu ubicación con tu pareja depende de las preferencias personales de cada uno, además del estado de la relación. Muchos señalan que, además de las razones prácticas que desaconsejan compartir constantemente tu paradero, la idea es algo invasiva. La intención puede ser la seguridad o la confianza pero, en realidad, podría ser más complejo. Y la opinión general es que en cualquier caso la decisión tiene que tomarse de común acuerdo.
Si decides compartir tu localización, hay algunos escenarios potencialmente complicados que querrás tener en cuenta. Por ejemplo, en caso de ruptura, probablemente quieras desactivar el uso compartido de la ubicación si aún no lo has hecho, incluso si la separación se ha llevado a cabo en términos amistosos. En rupturas más conflictivas, las implicaciones pueden ser más complejas. Expertos en seguridad señalan que estas herramientas pueden ser mal utilizadas en el contexto de una relación tóxica en la que una pareja controladora tiene la capacidad de comprobar siempre la ubicación del otro y controlarlo a distancia.
Algunos consejos para proteger tu ubicación:
- Desactiva la función GPS en tu smartphone o selecciona las aplicaciones a las que quieras dar acceso. Es posible configurar los dispositivos para permitir que sólo determinadas apps (como las de mapas o las de running) utilicen los datos de ubicación.
- Comprueba la configuración de privacidad en tus perfiles de redes sociales y en otras aplicaciones.
- Asegúrate de que sólo compartes información con amigos y familiares.
- Puedes aumentar la seguridad de tus dispositivos con una herramienta profesional para evitar intrusiones y brechas de seguridad.